GRAFOLOGÍA HOY
Boletín de Información Grafológica No. 3, Enero 2003
CIG-CONSULCOR Consultores Psico-grafológicos


SUMARIO

  • Editorial:  2002, Año Internacional de la Grafología
  • Berta Andress: Pasión por la Grafología
  • Nuestra Participación en Eventos
  • Características de la Demencia Senil  
  • El Caso de la Perfeccionista Aficionada 


EDITORIAL

 2002, AÑO INTERNACIONAL DE LA GRAFOLOGÍA

En el año 2001, el Sr. Nigel Bradley nos sorprendió enviándonos un e-mail a grafólogos de diversas nacionalidades con el objetivo de proponer al 2002 como "El Año Internacional de la Grafología". Nos pareció una excelente iniciativa. Realmente, en España -igual que en otros países- ha sido un año rico en eventos de calidad. Pero, más allá de los actos o celebraciones formales, pensamos que ahora es el momento de reflexionar, una vez más, sobre el presente y el futuro de la Grafología.

La Grafología la construimos los grafólogos en el día a día, de nosotros depende su desarrollo en gran medida y luchamos por ello con todas nuestras fuerzas. Sin embargo, en esa lucha cotidiana,  continuamos enfrentándonos a uno de nuestros peores enemigos: la decisión, en cada momento puntual, entre la actitud de colaboración o de competición que se debe mantener entre colegas (ver editorial Grafología Hoy No. 1). Esa decisión debería ser muy fácil de tomar, ya que el sentido común y la sabiduría milenaria nos dicen que "la unión hace la fuerza", pero parece aún no somos capaces de evitar que una barrera invisible e inconsciente aparezca en nuestro razonamiento cuando se trata de compartir.

Afortunadamente, Internet es una herramienta muy potente para facilitar los intercambios y, en ese sentido, podemos felicitarnos los grafólogos porque cada día son más frecuentes los foros de encuentro o las listas de distribución, donde podemos observar actitudes de cooperación y percibir la competición como una oportunidad de crecimiento para todos nosotros, no como una simple amenaza.

¿A qué podemos temer si nos unimos todos para potenciar la imagen de la Grafología y de los grafólogos como profesionales?: pues está claro que la intensidad de este temor debería ser mucho menor que la que todos experimentamos cuando vemos que, en otros foros, se nos sigue acusando de ocultistas, intrusos o, en el mejor de los casos, a-científicos. Seguro que todos nosotros podemos mentalizarnos para situar al enemigo "fuera" y no "dentro" de nuestro ámbito. Sí, ha llegado el momento de dejar de mirarnos en el espejo de nuestra propia incertidumbre y mirar hacia el exterior para defender la Grafología y, por supuesto, a cualquier grafólogo en apuros.  

BERTA ANDRÉSS: PASIÓN POR LA GRAFOLOGÍA
 

Resulta difícil imaginar el actual panorama de la Grafología española sin considerar la aportación de Dª. Berta Andréss. Su imagen de gran dama de la grafología ha estado presente en los eventos grafológicos de los últimos 25 años, actuando como impulsora de actividades en el ámbito nacional y como embajadora de los grafólogos españoles en el ámbito internacional.

Como ella misma relató en una reunión de profesionales de la Grafología celebrada en Mandolfo, Italia, descubrió la Grafología en los años 40, "cuando el estudio de la Grafología estaba al nivel de la Edad Media" y, desde entonces, ha seguido con interés la evolución de nuestra ciencia. En una primera etapa, como "aprendiz" autodidacta y, posteriormente, participando activamente en dicha evolución.

Es relativamente fácil hacer un seguimiento objetivo de su trayectoria profesional porque, desde mediados de la década de los 70, su nombre ha estado vinculado a la mayoría de los eventos grafológicos. Lo que surgió entonces como un pequeño grupo de grafólogos que compartían experiencias de un modo informal, fue cristalizando en el proyecto de creación de una asociación de grafólogos. Fue el 7 de marzo de 1980 cuando se presentó oficialmente en el Ateneo de Madrid la Asociación Grafopsicológica. Dª. Berta Andréss pasó a convertirse aquel día en protagonista activa de la historia de la Grafología española como fundadora y primera presidenta de dicha Asociación.

Durante los 11 años que permaneció en el cargo, la expansión de la Grafología en España fue notable. Partiendo de la organización de cursos de formación grafológica, mesas redondas, conferencias de divulgación e intercambios de experiencias con otras asociaciones de alcance nacional e internacional, en octubre de 1981 fructificaron los esfuerzos de la Asociación Grafopsicológica, que se plasmaron en la celebración del I Congreso Español del Grafología, donde participaron ponentes de reconocido prestigio, procedentes de Alemania, Francia, Inglaterra, Uruguay, Estados Unidos, Italia y España. Este fue uno de los grandes hitos de la Grafología española. Supuso una puerta de entrada hacia un camino plagado de realizaciones extremadamente productivas (organización de cursos de capacitación dirigidos a futuros grafólogos,  seminarios monográficos sobre temas de actualidad, conferencias y actos diversos, mientras se constituían delegaciones de la Asociación en diferentes ciudades españolas y extranjeras, coordinando los avances de la Grafología española con la de otros países). Muchos grafólogos se integraron el en proyecto de la Asociación Grafopsicológica y, así, mediante un trabajo de equipo sabiamente conducido por Berta Andréss, se fueron alcanzando las metas previstas e, incluso, otras que parecían impensables.

De esos 11 años, cabe destacar -además de lo ya mencionado- la impartición de los primeros cursos surgidos de la colaboración entre la Universidad Pontifica de Salamanca y la Asociación Grafopsicológica, en 1987. Los grafólogos que allí se formaron recibieron ya el diploma de dicha Universidad, siendo los cursos impartidos por dos profesores de la Asociación Grafopsicológica, D. Juan Luis Allende del Campo y Dª. María Luz Zamora Loureiro. Posteriormente, se alcanzaron otros objetivos, entre los que cabe destacar la celebración en Madrid del II Encuentro Franco-Español de Grafología (1988), el I Simposium Hispano-Polaco sobre Grafología (Wrocklaw, 1990), en colaboración con la Cátedra de Criminalística de la Universidad de Wrocklaw o el II Congreso Español de Grafología (Madrid, 1991) o la publicación de diversos libros editados por la Asociación Grafopsicológica, relacionados con los programas de formación allí impartidos o con las actividades realizadas.

La actividad de Dª. Berta fue incesante durante esos años. Su capacidad de trabajo, de organización y de relación interpersonal son notables. Continúa luchando por la dignificación de la Grafología. Hoy, como Fundadora y Presidenta de Honor de la Asociación Grafopsicológica y de la Asociación de Peritos Calígrafos y Analistas de Escritura (APPTAE), pero, sobre todo, como experta grafóloga, hemos querido rendirle un homenaje desde aquí y más allá de aquellos datos que ya están reflejados en las publicaciones grafológicas, nos ha parecido muy interesante reflexionar con ella acerca de sus vivencias de los últimos 25 años, con la perspectiva que el tiempo ofrece, y buscando una panorámica general de lo que fue, lo que es y lo que debe llegar a ser la Grafología en el futuro.

 Dª. Berta es una excelente conversadora. Los temas surgen con fluidez en nuestra reunión. Por eso, elegimos una pregunta general para iniciar nuestra entrevista personal:  

G.H.: ¿Cómo ha visto la evolución de la Grafología en España en los últimos 25 años?, ¿cuáles han sido, en su opinión, los momentos más importantes?.

B. A. : Hace 25 años, se impartían cursos en la escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid. Los profesores de entonces eran Mauricio Xandró, Silvia Ras, Mercedes Serra y también impartía algunas clases  Joaquín Alegret. En Barcelona, trabajaba también Augusto Vels, entonces empezaba también Jaime Tutusaus y, por aquella época, Mauricio Xandró creó la Sociedad Española de Grafología, junto con Augusto Vels y el Dr. Rafael Thomas, profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid. Editaban una revista, pero no era una asociación donde pudieran participar todas las personas interesadas por la Grafología. Por eso nació la Asociación Grafopsicológica.

En 1979, fuimos por 1ª vez a un congreso fuera de España -antes no había ido nadie a un congreso de Grafología- en Italia, fuimos 15 grafólogos y nos entregaron una placa conmemorativa. Desde entonces, mantuve una buena relación con nuestros colegas italianos. Ya se fue conociendo la Asociación, y por entonces me nombraron socio de honor en una asociación en Argentina, en Buenos Aires, y cada vez que venía alguien aquí manteníamos reuniones, lo mismo con los colegas de México. Total, que en unos años se difundió mucho la Asociación Grafopsicológica y esa difusión ampliaba el campo de la Grafología, por tanto, el movimiento grafológico actual, que es muy fuerte, tuvo su origen en aquella etapa. Es cierto que, desde el 76, ya se formaban grupos de grafólogos pero, a partir del año 79, se empezó a mover el asunto y no sólo se movía en Madrid, sino que, como yo iba mucho a Barcelona, se reunían los grupos de Barcelona y, con el tiempo, de ahí salió la asociación de Barcelona (la Agrupación de Grafoanalistas Consultivos).

Tras fundar la Asociación Grafopsicológica, nombramos delegados en La Coruña a Laura Lizancos, en Barcelona a Ana Richoufftz -a la que posteriormente sucedió Encarna Catalán- en Valencia, el Dr. García Granero -lamentablemente, ya fallecido, -al que posteriormente sucedió Julia Moya- en Bilbao, a Beatriz Figuerido , etc. 

G.H.: De las aportaciones que usted ha hecho a la Grafología española en estos años, ¿cuáles destacaría, en función de su propia satisfacción profesional y de su importancia para la historia de la Grafología?.

 B.A.: Yo creo que mi aportación ha sido de relación, además de los cursos, poniendo en contacto mutuo a las personas, dando a conocer la Grafología en multitud de lugares, no sólo en Madrid, sino en diversas ciudades como Valladolid, Salamanca, Valencia, Barcelona, Murcia, Andalucía, etc. Hemos hecho cursos, hemos propagado la Grafología y además hemos creado la imagen de que se trataba de algo más serio de lo que se pensaba. Además de  fomentar la relación entre grafólogos a través de la organización de reuniones en las que los grafólogos empezaron a relacionarse, a conocerse y, de hecho, cuando yo me fui, había casi 600 socios en la Asociación Grafopsicológica. 

G.H.: En su opinión, ¿cuáles cree que han sido los momentos más importantes, los hitos más destacables?.

B.A.: Quizá la organización de congresos, porque no se habían organizado nunca congresos como los de la Asociación. De hecho, cuando hicimos la presentación de la Asociación, que la hicimos en el Ateneo, no nos conocía nadie y se llenó el Ateneo. Fue un momento muy especial y fuimos felicitados.

Y en el año 1981, los primeros cursos de Peritación Caligráfica que creé yo y  empezó a impartir el profesor D. Miguel Mediano. Antes los peritos calígrafos no tenían una formación específica y a partir de entonces sí.

G.H.: ¿Qué aspectos considera inaceptables en la Grafología actual?.

B.A.: Yo creo que, en general, se ha mejorado en todo. De todas maneras,  estoy en contra de esos programas o artículos que se publican de "Grafología fácil", donde te explican que si la escritura es grande la persona es de tal manera y eso es muy relativo porque es necesario tener en cuenta otros aspectos. De hecho, a mí me llamaron una vez de una revista en la que querían esto y les dije que no, porque ese sistema se presta a confusión. Lo que yo les ofrecí fue hablar de un factor de personalidad cada vez, explicando los rasgos que se ven en la escritura en relación con cada factor. En primer lugar, definir el factor a tratar. Por ejemplo, la simpatía y los componentes de personalidad que la definen, para explicar luego los rasgos gráficos que corresponden a esos factores. Pero está claro que el que no sabe Grafología no puede utilizar la interpretación de rasgos aislados, mientras que, de esta manera, aunque no se conozca la Grafología, sí se le da una orientación al lector. El peligro es jugar con la Grafología en los medios de comunicación. Lo mismo que cuando publican tests psicológicos en las revistas, porque eso desprestigia a la ciencia.

Hay otra cosa que he podido ver también: un grafólogo en un rastrillo, en el rincón de las brujas, haciendo Grafología. Eso también nos desprestigia mucho.

 G.H.: ¿Por qué cree que los libros de Grafología se siguen situando, a veces, en la sección de parapsicología en las librerías?.

B.A: Cada vez menos, afortunadamente. En las librerías serias, ya no. De todos modos, cuando yo me he encontrado libros de Grafología en esas secciones, he protestado, he dicho "esto no es de aquí". De eso la culpa la tenemos los mismos grafólogos porque parece que no damos valor a lo que estamos haciendo.

G.H.: Algunos alumnos latinoamericanos se quejan de que en muchos países no se reconoce lo suficiente la Grafología.

B.A.: Pues en Argentina, por ejemplo, hay muchísimos grafólogos y muy buenos, algunos muy antiguos y muchas publicaciones. Porque en España ahora es cuando se empieza a publicar, pero hasta hace 20 años había pocos libros. Los mismo está sucediendo en muchos otros países.

G.H.: Otra cosa de la que se quejan es que se valora más la Pericia Caligráfica.

B.A.: Es que la Pericia Caligráfica es oficial en países como Argentina, se estudia en la Facultad de Derecho. Yo he tenido la oportunidad de comprobarlo, me invitaron a ir a Buenos Aires. Además, está respaldado por el Estado. Es decir que los peritos calígrafos tienen su edificio independiente. Hay algunos que trabajan por su cuenta, pero la mayoría de ellos pertenecen al Estado, son funcionarios. Pero hay escuelas en varias ciudades, no sólo en Buenos Aires, sino en Rosario, en Córdoba, etc. En Buenos Aires sucede un poco lo que ha sucedido aquí, hay varias asociaciones y, de alguna manera, están enfrentadas entre sí. No están aglutinados, ahora mismo no sé cómo funcionan porque las informaciones que tengo son contradictorias.

G.H.: ¿Qué países diría que, en este momento, destacan por su nivel en la Grafología?.

B.A.: Los franceses y los italianos, en Europa. En América, Argentina. En Estados Unidos también se hace Grafología, pero no tiene la 'solera' de la Grafología europea. Eso no quiere decir que su nivel no sea bueno. Yo, personalmente, no la conozco a fondo. 

G.H.: ¿Qué opina de los manuales actuales de Grafología?.

B.A.: El problema de la Grafología es que todavía existen pocos proyectos de investigación y los libros del siglo pasado no sirven porque la sociedad ha cambiado mucho desde que se escribieron.

G.H..: ¿Qué medios existen actualmente para que los grafólogos investiguen más?.

B.A.: El punto de partida es tomar conciencia de que la Grafología es una ciencia. Una ciencia humana, pero una ciencia. Tendría que existir una enseñanza reglada, por parte del Ministerio de Educación, con unos centros asociados donde se estudien las asignaturas programadas. Precisamente, cuando me invitaron a Mandolfo, en Italia, a dar una conferencia, expliqué cómo enfoco la Grafología y cómo creo que se debería definir el Currículum Académico del grafólogo profesional. En los programas de Grafología no basta con estudiar la técnica grafológica, sino que esos programas deben abarcar aquellas materias que necesita dominar el grafólogo. Uno de los  problemas de muchos grafólogos, por ejemplo, es que odian las Matemáticas y sin Matemáticas investigación, incluyendo a la Grafología. Esa es una de las dificultades mayores. Personalmente, puedo decir que la mayoría de los grafólogos que conozco odian las Matemáticas. ¡Es increíble!. Lo normal es medir con unos criterios, un patrón de medida, para poder aplicar la Estadística a la investigación. Es la única manera.

Muchas personas usan la Grafología porque les gusta o para entretenerse, pero pocos son los que se dan cuenta de que están ejerciendo una carrera, una profesión que necesita investigación, como la Medicina o cualquier otra ciencia. El día en que la Grafología se estudie en la Universidad, ya existirá esa conciencia de 'carrera' y se crearán laboratorios de investigación seguramente. Pero tampoco observo mucho interés en la mayoría de los grafólogos para lograrlo. Que yo sepa, no hay nadie que esté luchando por eso en este momento.

Lo que hay que hacer es crear trabajo y, en general, el grafólogo espera a que le llegue el trabajo, hay que 'vender' la profesión porque, si no la vendemos, ¿cómo la van a comprar?. Yo intenté que se creasen los estudios de Grafología como Formación Profesional de segundo grado (FP II) en el Ministerio y casi lo conseguí. Pensé que, si lográbamos institucionalizarla como FP II, luego podríamos ampliar, pero no prosperó a causa de un cambio de Gobierno. Lo seguí intentando, pero me decían que no había ningún referente, a lo que yo contestaba que alguna vez tenía que ser la primera. Sé que alguna otra persona también lo intentó en algún momento, pero no estoy muy enterada de los pasos que siguieron o cómo lo plantearon.

Otro problema es que, hasta hace poco, los grafólogos eran personas poco preparadas y no tenían mentalidad de investigación. Además, la investigación es cara.

A veces, algunas personas encuentran un rasgo y dan por hecho que su significado es válido, sin explicar cómo han llegado a esa conclusión, en qué se han basado, cuántos casos han analizado, etc. 

G.H.: ¿Cómo valora el movimiento asociativo actual en Grafología?, ¿qué necesitamos los grafólogos para asociarnos de una manera seria y productiva?.

B.A.: La asociación para mí es muy importante, ahora no tengo muchas ocasiones de tratar a grafólogos de las siguientes generaciones, pero los de la primera generación el problema que tenemos es que "todos queremos ser número 1" y no desean ponerse a disposición de nadie, no les apetece juntarse con los demás para no perder prebendas. Y eso es mentira. Sabrán más o menos igual, pero más no y, claro, eso lo piensa cada uno de ellos y de esa forma no se puede establecer una buena asociación. Quizá en las personas más jóvenes no exista ese sentimiento y se empezará a trabajar en equipo, que es muy importante.

 G.H.: ¿Qué cree que puede aportar Internet a la Grafología?.

B.A.: No puedo hablar de eso porque no lo conozco. Creo que, bien utilizado, puede ser maravilloso. Puede tener sus peligros y eso lo debe considerar honestamente el grafólogo.

G.H.: ¿Qué hace falta para que la Grafología sea una disciplina universitaria?.

B.A.: Pues que tenga unas asignaturas estructuradas en cursos reglados, como cualquier otra carrera universitaria.

G.H.: ¿Qué datos conoce acerca de las actitudes de los grafólogos en otros países europeos o americanos?.

B.A.: Conozco unos datos generales. Por ejemplo, en Francia también hay grafólogos que están subidos en un pedestal y no te puedes acercar a ellos porque no admiten colaboración o consejo por parte de nadie. Los italianos son más flexibles, aceptan muy bien que la gente participe y también son muy partidarios de hacer una asociación mundial de investigación donde todos aporten los resultados de sus investigaciones, cosa a la que los franceses, en general, se oponen. Los alemanes no lo sé porque no conozco el idioma, pero me da la sensación de que también están bastante cerrados porque los congresos los hacen solamente en idioma alemán y eso ya es indicativo. Tampoco suelen asistir a congresos en otros países. Lo mismo sucede con los ingleses, un ejemplo de ello es que en los congresos en Inglaterra no existe traducción simultánea al español, aunque asistan grafólogos españoles.

G.H.: En Inglaterra está reconocida la Grafología como enseñanza universitaria?.

B.A.: No, solamente está reconocida como carrera en Europa en la Universidad de Urbino (Italia), en Argentina, en Rosario o en la Universidad Católica de Buenos Aires, también se hace algo y, que yo sepa, en el resto de los países hay cursos más o menos prestigiosos. En Alemania antes, en la Universidad de Stutgart y en la de Hamburgo, se daban cursos, pero no como carrera, sino como asignaturas de otras carreras.

G.H.: ¿Qué es lo que, por su experiencia, considera que no debe olvidar un grafólogo?

B.A.: Primero, que no es médico. Segundo, que no es psicólogo. Tercero, que no es psiquiatra. Por tanto, ni puede hacer diagnósticos, ni puede dar remedios médicos, etc. Eso es algo que los grafólogos tienden a olvidar. Por tanto, deben ser muy prudentes en lo que dicen y en cómo lo dicen, sin emitir juicios tajantes, sino describiendo lo que se observa en la escritura. Por ejemplo, de un ladrón se pueden describir rasgos de personalidad o tendencias, pero no escribir en un informe que es un ladrón. Lo mismo sucede con un paranoico o cualquier patología que pueda presentar una persona, se debe hablar de los rasgos que se aprecian en la escritura, pero sin dar un diagnóstico, decir cómo se comporta, con un lenguaje claro, pero sin hablar de su enfermedad, ya que para eso está el psiquiatra o el psicólogo.

El lenguaje debe ser siempre muy claro, que pueda ser entendido por la persona que lo va a leer. No utilizar términos técnicos que, aparentemente, quedan muy bien, pero no sirven para alcanzar el objetivo del informe. No se trata sólo de saber Grafología, sino también Gramática, Semántica, etc. 

 

Características de la Demencia Senil  

Fue Carl Wernicke,  recordado sólo como neuropatólogo por su descubrimiento de la localización cerebral del componente sensorial del lenguaje (área cerebral que lleva su nombre “Wernicke”), y que también fue un eminente psiquiatra, con sus ideas y las de Teodoro Meynert (con el que trabajó en Viena escasos seis meses en el comienzo de sus estudios), quienes se convierten  en precursores de la investigación de las lesiones cerebrales de las enfermedades mentales, dando lugar a investigaciones que posteriormente irían definiendo cada una de ellas.

La demencia senil es una enfermedad mental que se inicia por fallos en la atención y la memoria, pérdida de habilidades matemáticas, irritabilidad, pérdida del sentido del humor y desorientación, tanto temporal como espacial. Es por ello frecuente que se le olviden las cosas, llegando incluso en ciertos momentos a no saber ni dónde vive, es como si de pronto el sujeto se encontrase en un sitio al que no sabe ni como ha llegado ni que era lo que tenía previsto hacer allí.

La demencia senil puede desembocar en la denominada enfermedad de Alzheimer, fue descrita por primera vez por el neuropatólogo Alois Alzyheimer en 1906. Es una enfermedad degenerativa progresiva pero lenta, y que se caracteriza por la desorientación, la pérdida de memoria y la capacidad cognoscitiva. Se tiene como referencia de numerosos estudios que la persona que la padece llega a la muerte en un periodo de 5 a 15 años. En la actualidad únicamente se puede determinar que el sujeto la padece mediante la autopsia. El análisis histológico del tejido cerebral de los fallecidos por Alzheimer muestra en algunas áreas, entremezcladas con las células nerviosas normales, unas fibras retorcidas características (ovillos neurofibrilares) y placas de proteínas anormales (placas neuríticas). No se conoce tratamiento para la cura de la enfermedad de Alzheimer, pero tampoco se ha demostrado que esta enfermedad sea consecuencia del envejecimiento. Si bien es verdad que la incidencia de la enfermedad, hasta ahora, ha sido mayor en las personas a partir de 65 años. Se estima que alrededor de un 10% de estas sufren un deterioro intelectual significativo. Aunque una quinta parte de los casos se debe a causas que pueden ser tratadas, como por ejemplo reacciones indeseables a fármacos, por ello es muy importante determinar mediante analíticas muy especializadas las causas de los procesos deteriorativos que el paciente presenta para su tratamiento.

Estudios posteriores han demostrado que, contrariamente a lo que en un principio se pensaba, la demencia senil no tiene porque darse únicamente en el anciano, las causas pueden ser otras distintas y se ha podido encontrar que existen demencias precoces. El origen puede ser variado desde ingesta de drogas, vascularizaciones, tumores cerebrales, incluso puede deberse a trastornos tiroideos y desequilibrios dietéticos. De la misma manera puede deberse a desarrollos estructurales que genéticamente llevamos, y que se desarrollan de forma anómala. La demencia presenil se la conoce con el nombre de Pick.


En las demencias precoces se ha detectado que el paciente no es consciente de la contradicción entre sus diferentes y falsas representaciones, indica que se ha producido una discontinuidad. A esta se le llama “ruptura del estado de desmoronamiento de la individualidad”. También como consecuencia del deterioro en diferentes áreas cerebrales el sujeto tiene tendencia al aislamiento, es desconfiado, rechazaba los estímulos, desea permanecer en el sitio de internación, sólo realiza ciertas tareas, escucha voces que lo amenazan y puede despertarse en estado angustioso. La pérdida de consciencia tal como la concebimos en condiciones normalizadas desaparece.

En este tipo de enfermedad podemos decir que todo aporte que necesita el cerebro para desarrollar y mantener estructuras se desequilibra, dicho de una manera comprensible, por lo que el soporte que necesitarían estas estructuras para seguir manteniéndose no lo reciben, como consecuencia de ello se producirían procesos patológicos como la demencia o la esquizofrenia.

Bien hasta aquí queda definida, pero hay algunas apreciaciones que deben considerarse y agregarse a las ya descritas anteriormente. Las manifestaciones de conducta de los sujetos que padecen esta desintegración son: torpeza, impertinencia, pobreza de impulsos; otras evaluaciones muestran que hay alteraciones del pensamiento, sensaciones intero y exteroceptivas, los impulsos o la voluntad enajenados, además el sujeto puede manifestar angustia debido al desconcierto interior que sufre el paciente en su desintegración mental, esto es consecuencia de la alternancia entre el mundo en el que vive y en que se crea a partir del avance de la enfermedad, todo se vuelve extraño para él, no llega a comprender en que mundo vive.

Las enfermedades mentales como la demencia atacan determinadas regiones del sistema asociativo, actúan a través de un proceso de separación de la continuidad del conjunto de representaciones que, en forma normal, firmemente asociadas le dan unidad al yo.

Estamos pues ante una persona de apariencia física de adulto, que contrariamente se comporta como un niño caprichoso e imprevisible que vive en el presente inmediato, pero que cuando habla recuerda constantemente episodios muy lejanos de su vida.

Se ha detectado también que ciertas manías, fobias o neurosis pueden manifestarse de manera mucho más acusada en determinadas fases de la enfermedad, e incluso puede llegarse a comportamientos muy agresivos.

MANIFESTACIONES ESCRITURALES


Después de esta introducción podemos afirmar que la desestructuración cerebral progresiva se verá irremediablemente reflejada en la escritura. Perdidas de identidad gráfica, similitudes, analogía, parecidos y desemejanza con modelo caligráfico aprendido.

Desde el punto de vista escritural podemos encontrarnos con peculiaridades como desordenes en todos los niveles gráficos, incoherencia en el lenguaje escrito, rasgos completamente ilegibles, curvas incompletas, pastosidades, cegamientos, roturas en letras, espacios interlineales anómalos, así como torpeza en la cohesión de las letras en las palabras, letras mal hechas que reflejan únicamente el intento del un modelo caligráfico aprendido, vacilaciones y temblores muy marcados, inclinaciones inusuales, escrituras que pueden parecer torpes de segunda infancia, signos sin sentido debido a la pérdida de la preparación para el inicio del movimiento, es decir pérdida total de la melodía cinética debido a la desestructuración progresiva cerebral del sujeto.

Pero como en muchas ocasiones ocurre en la Demencia Senil y en concreto en la enfermedad de Alzheimer se ha podido comprobar que lo último que se llega a perder es la firma.

Sabemos que en los niños la firma no simboliza nada, pero hay veces que la diferencia del resto del texto, como para darle ese valor identificativo de es mío y también hace una especie de garabato que es la rúbrica.

Aproximadamente sobre los 10 años la firma evoluciona, es cuando el niño empieza a comprender el significado real de su firma, y por comparación con sus mayores empieza a firmar de una manera más personal.

Pero es en el paso de la pubertad a la juventud cuando la firma cobra todo su significado, se firma para autentificar el yo y de la imagen que quiere dar . En el acto de firmar hay que tener en cuenta dos elementos que juegan un papel primordial: la libertada del movimiento y la libertada del modelo. Sin embargo a lo largo de nuestra vida no mantenemos el mismo patrón, su cambio es consecuencia de múltiples factores que se presentan constantemente en la vida de una persona.


Ante esto nos encontramos que el automatismo juega un papel de vital importancia en la permanencia de los patrones de la firma, el control visomanual queda reducido a la simple adaptación del espacio dónde debe firmarse. Pero el automatismo requiere un factor de recuerdo (mnésico).

Si bien es verdad que hay una pérdida del recuerdo, se ha podido constatar por estudios contrastados que un paciente de Alzheimer es la última representación gráfica que pierde, ante este resultado se ha indagado al respecto y se ha podido comprobar que la regiones subcorticales del cerebro podrían ser más resistentes a los efectos de la edad, por lo que se opina que el sistema cognitivo podría tener estructuras mucho más profundas de lo que se habría pensado en un primer momento. La enfermedad de Alzheimer estaría respaldándolo, dado que se sabe que el proceso deteriorativo de la enfermedad quedan afectadas fundamentalmente la corteza cerebral, los núcleos grises centrales se preservan.

De todo esto se deduce que la firma sea el último acto gráfico posible en esta enfermedad, aunque esté muy avanzada, podría deberse a un mayor grado de estructuras subcorticales asociadas a la repetición del acto durante la vida.

Pero tengamos en cuenta que hasta hace poco tiempo se afirmaba que la capacidad de modificación o plasticidad del sistema nervioso es extrema en los estadios iniciales, disminuyendo rápidamente hasta el nacimiento, en cuyo momento las líneas estructurales más importantes se han establecido de forma irreversible y la regeneración anatómica es limitada. Esta capacidad continúa disminuyendo en la juventud y en la edad adulta, en la que el aprendizaje y la retención de nuevos patrones llega a ser más difícil. En lo referente a la experiencia individual, la formación básica importante tiene lugar todavía durante la infancia y la juventud. Todo esto se esta rebatiendo, ya que en los estados de edad avanzada, y según estudios contrastados, se ha descubierto que la capacidad de creación y regeneración sigue existiendo aunque es más lenta.


El concepto de plasticidad nerviosa es un concepto tomado de la física. Cuando una acción externa actúa sobre un cuerpo puede causar una deformación elástica si al dejar de ejercerse la acción desaparece la deformación, volviendo el cuerpo al estado primitivo. Si con este cese de la acción externa no tiene lugar una vuelta al estado inicial, se producirá una deformación plástica más o menos persistente. En el sistema nervioso central esta deformación plástica se produce como consecuencia de acciones tan dispares como una lesión o un cambio de intensidad variable en los estímulos fisiológicos. Pero se debe tener en cuenta lo que dice Santiago Ramón y Cajal Junquera, Catedrático de Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, en un artículo que se publica en Heraldo de Aragón el 28-11-99: Cajal, refiriéndose a esa potencialidad de cambios anatómicofuncionales dice: "La morfología de las células nerviosas no obedece a una causa inmanente y fatal, sino que depende enteramente de las circunstancias físico-químicas del ambiente". Esta potencialidad de cambios morfofuncionales en el tejido nervioso pos-natal es lo que hoy denominamos plasticidad neural, que ha adquirido un notable interés en la actualidad por su implicación en los transplantes neurales. Es decir el cerebro tiene unos recursos que utiliza cuando los necesita, tiene un potencial de versatilidad tan inmenso que no sabemos como desvía, crea, mantiene, evoluciona....No mantiene unas reglas fijas, estáticas e inamovibles por lo que se sigue investigando su funcionamiento.

En cuanto a la "Textura", se sabe que en cerebro se tiende al ahorro y a la economía, es decir optimización en general, por tanto se pone de manifiesto por parte de J.P. Changeux, el aprendizaje se relaciona con una considerable variabilidad en la organización sináptica debido a que se establecen un elevado número de conexiones pasajeras y más tarde, "escogen" las conexiones que se eliminarán y las que persistirán.

Aprender de alguna manera es "aprender a descartar", perdemos parte de la información, se simplifica y se pasa en la escritura de un sistema voluntario a un sistema automático, de alguna manera las personas con una escritura evolucionada, personalizada, me dan las pautas necesarias para saber que niveles de automatización tienen.


Después de todas estas conclusiones y en las diferentes fuentes que he consultado, me queda la duda si esta última afirmación es del todo cierta, es decir, podemos simplificar, ¿pero es cierto que estructuras que se generaron en un principio se eliminan o por el contrario permanecen intactas?. Opino que en realidad lo que hace el cerebro cuando tiene degeneraciones es pasar a estructuras más antiguas para poder seguir recordando lo que el sujeto necesita, hasta que esas primeras estructuras no son destruidas y dependiendo de los niveles utilizados la información automatizada no se pierde y la degeneración gráfica no se destruye totalmente, así es posible que sea como consigue recordar el enfermo de Alzheimer su último acto gráfico, en el momento que esto desaparece es muy probable que esté en el última fase degenerativa.

RASGOS GENERALES GRÁFICOS

Ocupación espacial del texto desordenada .  

2. 

Líneas con precariedad de la horizontalidad.

3. 

Invasiones espaciales de línea a línea por precariedad en el espacio interlineal.

4.

Rasgos ilegibles.

5. 

Roturas en las letras, se realizan en varias veces con reenganches tortuosos,  las cohesiones entre las letras se realizan añadiendo un gramma a otro, pérdida de la elasticidad cohesiva.

6.   

Óvalos abollados con arranque muy tensionado.

7.    

Pastosidades por la falta de continuidad en el movimiento cinético.

8.

Ondulaciones anómalas en pies y crestas con abolladuras muy pronunciadas.

9.

Vacilaciones al realizar el modelo gráfico cursivo aprendido.

10. 

Temblores en cualquier parte del texto.

11. 

Desintegración paulatina en todo el trazado gráfico, y se hace un análisis cronológico, pérdida del control de la presión, tanto en trazados horizontales  como verticales.

12.  

La presión en algunos grammas es muy pesada.

13. 

Puntos o trazos innecesarios a lo largo del texto.

14.  

Arranques y puntos de ataque vacilantes, con temblores involuntarios que hacen que aparezcan  ganchos o roturas dando idea de la destrucción cerebral que se está generando en múltiples áreas.

15. 

Precariedad tanto en la forma como en ejecución de la curva y en ángulo.

16.  

En general el palote separado de las letras a, q, p, g.

17.

Acentos o muy altos o muy bajos, fuera de su espacio, y por supuesto sus formas son irregulares  manteniendo la precariedad de su trazado.

18. 

Por lo general, firma más legible que el texto, pero se mantiene la desestructuración en todas sus letras.

19.

La rúbrica por lo general es de evolución más rápida que el texto, con menos roturas y vacilaciones que el resto del trazado.

BIBLIOGRAFÍA
  • Escritura y Cerebro de G. Serratrice y M. Habib.

  • Elvia Cecilia Moyano, artículo de la revista Argentina de Clínica Neuropsiquiatría, titulado “Anatomía patológica de la demencia precoz”.  

  • M.R.E. Artículo publicado en el periódico “El País” del 16-02-99, titulado “El cerebro se forma sin comunicación entre neuronas”.

  • Sandra Blakeslee, artículo publicado en periódico “El País” del 12-01-99, titulado “Sorpresas de la década del cerebro”.

  • Javier San Pedro, artículo publicado en el periódico “El País” del 15-12-99, titulado ¿Qué es la vida?, 350 genes y poco más”  

  • James E. Behrendt, enero 84, del periódico de Ciencias Forenses, titulado “La Enfermedad de Alzheimer y su efecto en la escritura”.

  • Gladys Ruiz Díaz de Donoso, artículo de la ASQDE, 1995, titulado “Alteraciones en la escritura causada por la enfermedad de Alzheimer”.

  • Grafología y grafopatología de A. Posada Angel.

  • Varias citas de D. Santiago Ramón y Cajal, con motivo de su centenario.

  • Ensayos sobre “Cerebro, Erotismo y Amor y otro sobre Cerebro, Personalidad y Cultura, pertenecientes a   D. Vicente Calatayud Maldonado, Académico numerario en la especialidad de Neurología, profesor de la Universidad de Zaragoza.

  • Experiencias personales vividas con enfermos de Demencia Senil y Alzheimer.


María Jesús Villamón
Zaragoza (España)

EL CASO DE LA PERFECCIONISTA AFICIONADA

Tuve que sujetar con ambas manos mis mandíbulas para evitar que se separasen excesivamente a causa de la sensación que me producía aquella obra de arte. ¡Sólo era un sobre!, pero... Aquellas letras tan precisas, los espacios tan estéticamente cuidados, el ritmo de los movimientos... me pareció un espectáculo hermoso. Cuando logré recuperarme de esa primera impresión, pude observar el nombre del remitente. Se trataba de una desconocida. La curiosidad ya me conducía. Abrí el sobre como si estuviera manipulando una fina porcelana y, cuando tuve ante mí su contenido –tres hojas de un blanco inmaculado, dobladas con esmero- supe que aquella mujer continuaría siendo un misterio para mí indefinidamente.

Escritura vertical, pequeña, contenida, curva, dirección horizontal, agrupada, arcadas, algunas guirnaldas, puntos altos, márgenes bien encuadrados, firma moderadamente alejada del texto, pero de estructura clara, pequeñas barras de “t” ligeras, terminadas en punta aguda, suave de presión, conjunto armónico, con predominio de la forma... La escritura no hablaba de una clara motivación de su autora hacia las relaciones interpersonales, tampoco de una tendencia a dominar su entorno. Se llegaba fácilmente a la conclusión de que su estilo de sociabilidad era perfeccionista (elevadas puntuaciones en la escala de introversión y en la escala de sumisión).

“Soy aficionada a la Grafología desde niña” -comenzaba diciendo- “disfruto mucho cuando llegan a mis manos documentos manuscritos y firmados. Los observo con mucha atención y respeto y, sobre todo, con ‘cariño’ (¿por qué será?) y suelo pasar bastante tiempo mirándolos una y otra vez”. Estaba claro que la desconocida era una enamorada de la escritura, todos los óvalos del texto estaban cerrados, ¡excepto aquellos tres en los que escribía la palabra ‘Grafología’!. También demostraba conocer el código deontológico del grafólogo, ya que una de las hojas de papel la había dedicado exclusivamente a elaborar un anexo en el que explicaba sin ambigüedad que otorgaba la autorización para que se analizase su escritura y confeccionase un informe con el que ella pudiera, tal como expresaba, reafirmarse en sus opiniones. ¡Un informe perfecto, eso es lo que pide esta delicada mujer!, pensé.

Fue en aquel momento cuando me planteé por primera vez una cuestión trascendente acerca de la redacción de informes grafológicos: ¿Sabe el grafólogo -o debe saber- cuáles son aquellos términos que mejor va a comprender el destinatario de cada informe, los temas que más atraen su atención, las preguntas que se esconden tras un texto aparentemente convencional?. Mi respuesta es un rotundo “SÍ”. La propia escritura es la que habla...

 

NUESTRA PARTICIPACIÓN EN EVENTOS

II CONGRESO DE GRAFOLOGÍA

ENTIDAD ORGANIZADORA: Sociedad Grafológica de Euskadi

LUGAR DE CELEBRACIÓN: Bilbao.

FECHAS: 15 y 16 de noviembre de 2002.

RELACIÓN DE PONENCIAS PRESENTADAS (por orden cronológico):

Santiago Martínez y Magda Ferrer Margallo "Los signos grafopatológicos del delincuente".
Berta Andréss, Rosario García y María Luz Zamora "Los trastornos de personalidad asociados al consumo de drogas".
Amparo Botella "Grafología y outplacement".
Sofía Bengoetxea, Mª Jesús del Campo y Rosa Ortiz Ciges "Fibromialgia: tratamiento no farmacológico en investigación-acción".
Mª Jesús Sáenz, en nombre de Marcela C. Álvarez "Grafología preventiva: nuevos aportes de la Grafología científica al servicio de la prevención en la salud humana".
Bárbara García Lekanda, Arantza Salinas Hernando e Inma Salinas Hernando "Mobbing: acoso laboral y la escritura".
Alicia Martínez "El amor como ágape: una actitud activa en el liderazgo y en relaciones afectivas".
Mª José Barón "Escritura infantil y grafoterapia".
Lola Díez Giménez "Gestión de los recursos humanos y la grafología".
Irune Ibarra "Idazkera harmonikoak" = "La armonía en la escritura".
Manuel J. Moreno "Grafología forense: pericia caligráfica judicial".

Queremos transmitir desde aquí nuestra más expresiva felicitación a la Sociedad Grafológica de Euskadi por el nivel de calidad alcanzado en la organización del Congreso y por el excelente clima  creado entre los asistentes.

 
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